Antes de la llegada de los españoles los pueblos indigenas de México tenian su manera partícular de celebrar los enlaces; con la conquista y la evangelización se introdujeron las bodas católicas; sin embargo las costumbres antiguas no desparecieron del todo; prueba de ello es la cultura azteca. La petición de matrimonio se hace a las dos o las tres de la mañana. El joven va acompañado por sus padres a casa de los padres de la muchacha, los saluda, les ofrece aguardiente y explica el motivo de su visita. Los padres de ella jamás darán una respuesta en la primera visita, ni consultarán a la muchacha respecto al ofrecimiento de matrimonio. Al cabo de una o dos semanas, se hace la segunda visita; si los padres de la joven aceptan el matrimonio, todos beben aguardiente. Si rechazan la petición, regresan los regalos recibidos en la primera y segunda visita. El joven y sus padres hacen una tercera visita, llevando esta vez un regalo más significativo como chocolate, azúcar y vino. Al recibir estos regalos, los padres de la chica anuncian el compromiso. Desde este momento y hasta el dia de la boda, la novia se mantiene aislada, sólo podrá hablar con los miembros de su familia, y no podrá salir a pasear, para evitar el enojo de sus futuros suegros. Días antes de la boda se organiza una fiesta para presentar a la muchacha ante la sociedad, elaborándose una gran comida como ceremonia. Durante la celebración el joven entregará un tapete nuevo que colocará frente al altar; en éste la sienta mientras le coloca un collar. Asi mismo, en el festejo se fija la fecha de matrimonio, y se buscarán padrinos para los novios. La madrina dará a la novia un rosario, una sortija, una cinta para las trenzas y collares. Por su parte, el padrino regalará al novio una sortija, un rosario, un pañuelo, un sarape, prendas de vestir y huaraches o sandalias. Luego de la ceremonia eclesiástica, todos se dirigen en procesión a la casa del novio. En el umbral los padres del joven ofrecen café y aguardiente. Una vez dentro de la casa, padres, novios y padrinos, inciensan los santos. Los esposos se arrodillan en el tapete nuevo delante del altar. La madre del novio toma un ramo de flores y limpia con ellas a su hijo, pasando el ramo por la cabeza, hombros, brazos y manos, para luego besar las flores. Con el mismo ramo y repitiendo el proceso limpia a su nuera, luego coloca el ramo sobre el altar. Enseguida da inicio la "Ceremonia de las flores". Con flores blancas, amarillas y hojas de naranjo alternadas se elaboran collares; para el ramo se utilizan flores más pequeñas, también de color amarillo entre dos hojas de naranjo. La madre del novio los florea: le coloca dos collares cruzados al hijo, uno pasando sobre el hombro izquierdo y bajo el brazo derecho, el otro sobre el hombro derecho y bajo el brazo izquierdo. Lo mismo hace con su nuera, los padres de la novia y los padrinos. Un representante de la madrina se encargará de florear a los padres del novio y al resto de la familia. Posteriormente todos los asistentes bailan delante del altar 8 danzas al son del arpa. Hombres y mujeres se colocan en filas de 5 a 6 personas de cara al altar, y ejecutan un pintoresco baile donde solo mueven los pies. Fuentes: |