Los primeros pobladores de esta región fueron los Tecos. Posteriormente vino la conquista española que se efectuó en 1524 por parte del capitán Francisco Cortés de San Buenaventura acompañado por Juan de Escárcena. En 1530 llegó Nuño de Guzmán quien se apoderó de todo lo conquistado por Francisco Cortés. En 1542 son descubiertas las minas y es nombrada jurisdicción de Hostipac (que en Náhuatl significa cumbre hueca o lugar sobre cuevas) a la alcaldía mayor Real
de Minas de San Sebastián. La fecha exacta de la fundación de San Sebastián no se sabe, se cree que puede ser simultánea a la fundación del Real de Resurrección y minas de Hostotipac correspondiente al 5 de abril de 1605. San Sebastián es el nombre del fundador de esta región del que se cree fue un Franciscano de nombre Sebastián de los Ríos. Real de San Sebastián fue sosteniéndose con la baja producción del siglo XVIII y principios del siglo XIX, faltaba inversión que permitiera perfeccionar la explotación argentífera. El 30 de octubre de 1886 San Sebastián es decretado municipio con su oficina del registro civil, en 1870 se creó el 10° cantón y San Sebastián quedó en su jurisdicción. A fines de 1888 los mineros se declararon en huelga, el gobernador envió un delegado para que con su intervención se entablaran pláticas de avenimiento con el gerente de la empresa Mr. Beckar. Se obtuvieron todas las demandas de los huelguistas, pero la empresa propietaria que radicaba en Nueva York desaprobó todo lo hecho por su representante y ordenó el paro inmediato de sus fundos mineros, cuyos productores eran embarcados en el Puerto de Las Peñas (hoy Puerto Vallarta). El escenario cambió a finales del siglo XIX, tiempo en que se da el auge minero a causa de la inversión de las compañías extranjeras como la de Navidad Dervechopment, Forves y Compañía, Tajo Mining y algunas nacionales como Cía. Minera de los Reyes vinculadas con algún capital extranjero. Para ese entonces se contaba con la explotación de más de 49 minas y la construcción de grandes haciendas de beneficio, ganaderas y agrícolas, induciendo un gran movimiento económico y con ello servicios sociales como escuelas elementales de artes y oficios costeadas por el Estado, parroquiales y un Hospital; convirtiéndose de esta manera en uno de los pueblos más importantes del décimo cantón y del Estado de Jalisco. Luego el conflicto armado de la Revolución Mexicana provocó una crisis política, social y económica ocasionando que en lugares como el Real de San Sebastián se paralizara la producción minera, debido a que llegaban los de la "bola" a las haciendas a pedir dinero prestado, arrasando con todo lo que había. Ante tal panorama los pobladores de este lugar comenzaron a emigrar a otros lugares en busca de trabajo, principalmente a Guadalajara, la ciudad de México y Puerto Vallarta que era una comisaría de este real minero. El pueblo quedó atesorando su riqueza arquitectónica, su variedad en flora y fauna, asi como una lenta influencia cultural en los habitantes de esta localidad debido a la lejanía que tenía con las ciudades y a su difícil acceso. Para 1983 el poblado adquiere su actual denominación. Años más tarde ese mismo poblado sería reconocido como mágico. La conservación de su arquitectura del siglo XIX, sus arraigadas costumbres más otros atributos le valieron el reconocimiento de Pueblo Mágico en el año 2011, por parte de la Secretaría de Turismo. Fuente: |
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