La historia de Mapimí comienza desde los indígenas tobosos y cocoyones, posteriormente llegaron en el siglo XVI los españoles, quienes desarrollaron varias
expediciones al norte del país tratando de hallar las legendarias ciudades de oro Quivira y Cíbola; no tuvieron éxito y en su lugar encontraron grandes yacimientos
de metales preciosos. Durante los inicios de la colonia la región permaneció aislada, tanto por la resistencia de los grupos indígenas como por lo agreste del clima pero luego de fundar Cuencamé, Agustín de Espinoza, sacerdote jesuita y el capitán Antón de Zapata se trasladaron a Mapimí, o Mapemé como lo llamaban los indios, llegando en el mes de julio de 1598, y el día 25 se hizo la fundación formal, al pie del cerro de la Bufa, llamándolo Santiago de Mapimí. Aunque este territorio ya había sido fundado por los españoles, los tobosos, tepehuanes y tarahumaras se rebelaron muchas veces, destruyendo el pueblo y arrasando con la población, lo mismo sucedió con otros que hoy pertenecen a los estados de Durango y Chihuahua, hasta que se estableció un presidio de carácter militar que contuvo las sublevaciones. Se recuerdan los alzamientos de 1648, 1650, 1652 y 1715 siendo éste último el mayor y durante la cual murieron la mayoría de sus habitantes, lo que llevó al establecimiento de un presidio por parte de los españoles, logrando restablecer la autoridad en la región, sin embargo en 1767 las autoridades se trasladaron al Presidio de Cinco Señores, hoy Nazas, y a finales del siglo XIX, la capital del partido se cambió a Lerdo. La inestabilidad que se vivía en ésta región duranguense impidió el desarrollo armónico de la población, aún cuando se reconocía su importancia para la Nueva Vizcaya. A finales del siglo XVI y principios del siguiente siglo, vivió ahí el segundo marqués de Aguayo, aunque cuenta la tradición que se refugiaba en una cueva cercana, al parecer intranquilo por el supuesto matricidio que se le imputaba. Para 1811, los jefes insurgentes arrestados en Acatita de Baján, encabezados por Miguel Hidalgo estuvieron presos en Mapimí antes de ser enviados a Chihuahua. Por su parte, la explotación minera en Ojuela se practicó durante todo el período colonial siendo abandonada en 1821, cuando México logra su Independencia, lo que permitió que modestos mineros del lugar obtuvieran algún beneficio con las capas superficiales. A finales del siglo XIX se fincó la empresa Peñoles, alcanzando una considerable producción de oro, plata, plomo y cobre. Tanto Peñoles como otras empresas de carácter textil se han trasladado a Torreón, por las facilidades que aquella población daba en los primeros años de vida. Sin embargo hoy el panorama es distinto puesto que se han establecido industrias y se explotan los recursos marmóreos de la región, devolviendo a Mapimí el esplendor de épocas pasadas. El año del 2010 Mapimí fue inscrita por la Unesco en el Patrimonio cultural de la Humanidad. Bajo el título de Camino Real de Tierra Adentro, la distinción se otorgó debido a su aporte cultural, arquitectónico e histórico. También obtuvo nombramiento como Pueblo Mágico el pasado 28 de noviembre del año 2012. |
Ubicación del Pueblo Mágico de Mapimí. | Sitios de interés en Mapimí, Durango